paula.diaz
9 March 2021
La lavadora es uno de los electrodomésticos más útiles y necesarios. Gracias a esta herramienta podemos mantener limpia nuestra ropa y todos los paños utilizados en la casa.
Muchas veces realizamos un gran desembolso en un modelo con grandes prestaciones, pero se suele prestar muy poca atención a su mantenimiento. Sin un correcto mantenimiento, la lavadora, al igual que otros electrodomésticos, puede tener fallos y averías.
Cualquier lavadora debe limpiarse y revisarse periódicamente, para garantizar la higiene y mantener su eficacia. ¡En este artículo veremos cómo realizar el mantenimiento de la lavadora y trataremos de abordar los problemas más comunes que puede encontrar este electrodoméstico!
Comprobarás que, con sencillos pasos, evitaremos muchos problemas que pueden terminar haciendo que llamemos al servicio técnico.
Un buen hábito sería enjuagar la bandeja con agua corriente una vez a la semana. De hecho, en este corto periodo de tiempo, los residuos de detergente y especialmente de suavizante no se solidifican. De este modo, podremos evitar las incrustaciones, en las que pueden desarrollarse bacterias y moho. Este sería el primer paso para realizar el mantenimiento de la lavadora.
Aproximadamente, cada tres meses es conveniente eliminar los residuos que inevitablemente se acumulan en el filtro de la lavadora. Este compartimento suele estar situado en la parte delantera, debajo de la puerta de la lavadora. Antes de proceder a esta operación, desconecta la toma de corriente y coloca una palangana o una toalla debajo del filtro, para evitar fugas de agua.
En este punto, gira el pomo, extrae el filtro y retira los restos de papel, los cables y todos los elementos extraños presentes. Completa la limpieza eliminando suavemente, con la ayuda de un destornillador, los residuos presentes en la turbina. Por último, vuelve a colocar el filtro, asegurándote de apretar bien el pomo y vuelva a enchufar la lavadora a la toma de corriente.
Limpiar el cristal de la claraboya es bastante sencillo: puedes utilizar un limpiador normal para todo uso y un paño suave.
El mantenimiento de la junta requiere más esfuerzo y cuidado, ya que es el lugar donde se acumulan más residuos de suciedad y detergente y donde se forma moho con mayor facilidad. He aquí un breve resumen de las operaciones a realizar. Para limpiar la junta puedes utilizar vinagre blanco, bicarbonato o lejía. Moja una esponja con el producto elegido y pásala con cuidado sobre la junta, insistiendo en las partes ennegrecidas. Si observas que la junta está desgastada, te aconsejamos que la sustituyas.
Con unos alicates, retira la abrazadera metálica que sujeta la junta a su asiento en el exterior y, a continuación, retira la segunda abrazadera, situada en el interior de la junta. Afloja el tornillo de apriete con un destornillador de boca y una llave inglesa, para finalmente retirar la junta de la puerta. Utiliza WD-40® Specialist® Lubricante de Silicona para tratar el cuerpo y facilitar la instalación de la nueva junta. En este punto, vuelve a colocar la nueva junta siguiendo el procedimiento inverso.
Si la puerta de la lavadora hace ruidos extraños o chirría, es una señal de que necesita ser lubricada. Esta es también una operación muy importante en el mantenimiento de la lavadora.
La humedad, la acumulación de polvo y la aparición de fenómenos de oxidación pueden dificultar la apertura y el cierre de la puerta. Para solucionar el problema, basta con rociar un poco de WD-40® Producto Multi-Uso y lubricar la bisagra de la puerta, que volverá a funcionar inmediatamente. Limpia el exceso de producto con un paño.
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